Comenzamos esta hermosa caminata justo fuera del encantador pueblo blanco de Ítrabo. La ruta nos lleva primero por las colinas que lo rodean, con vistas impresionantes sobre el valle y el mar Mediterráneo. A lo largo del camino pasamos por huertos de aguacates, mangos y cítricos, que dan a la caminata un ambiente típicamente andaluz.

A mitad del recorrido llegamos a la “Ermita de Bodíjar,” una tranquila capilla rodeada de naturaleza. Es el lugar perfecto para descansar y almorzar mientras disfrutamos de las amplias vistas de las montañas y los valles. La ermita es un pequeño símbolo local y aporta un toque cultural a esta experiencia natural.

Después del descanso, descendemos de nuevo hacia Ítrabo, caminando por las calles tranquilas del pueblo antes de regresar al punto de partida. Aunque hay algunas subidas, el camino transcurre por pistas amplias y bien cuidadas, lo que la convierte en una caminata agradable y asequible, llena de encanto y variedad.